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La Torre de la Plata




La Torre de la Plata forma  parte de las murallas almohades de Sevilla y se le da ese nombre por su proximidad a lo que en su día fue La Casa de La Moneda, la ceca de Sevilla, en la que se acuñaba la moneda de curso legal.

La Torre data del siglo XIII y es de planta octogonal, se ubica en la Calle Santander, que conserva restos del lienzo de muralla que se ocultan entre diversos edificios  entre este punto y el Arenal. Lo que quedaba al oeste de la muralla era el río Guadalquivir, el puerto, Triana, Tablada. El lienzo se conservó íntegro hasta  1821, año en el que fue derribado en parte. Conectaba con la Torre del Oro, llamada así porque en su parte más elevada estaba recubierta con azulejos dorados que brillaban con el sol, quizás una alusión al oro que entraba en Europa a través del Guadalquivir tras el descubrimiento de América, cuando Sevilla fue la ciudad más importante comercialmente hablando.


La Torre tenía valor defensivo y de vigilancia, como el resto de los torreones de la muralla de Sevilla, única en su fábrica con doble lienzo de muralla y foso. Por su parte la Torre del Oro era un importante faro.

Sabemos que en tiempos de Alfonso X, se la conocía como Torre de los Azacanes; y que allá por el siglo XVIII fue cuando el lienzo anteriormente referido que se oculta entre edificios desde la Torre de la Plata hasta el Arenal, fue objeto de un proyecto urbanístico de un arquitecto italiano, que lo unió en este estado, el proyecto  arquitectónico de Vermondo Resta.


El estado de abandono  ha sido tal que fue usada como refugio de indigentes a fines del  siglo XX, hasta que por fin fuese restaurada, aunque parcialmente hay que decir, con motivo del impulso urbanístico que tiene la ciudad con motivo de la Exposición  Universal de 1992.

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